Astrologia Social

La importancia de los ciclos de la luna como metáfora de la vida social y personal.

Lina Marco
Escrito por Lina Marco el

El sol y la luna son análogos a los polos de luz y oscuridad, femenino y masculino, padre y madre, y no podríamos dar cuenta de uno sin la existencia del otro. Esta dinámica da forma a la vida en la tierra; cada día trae una noche y con el alba un nuevo día. Así, muchas de las cosas que hacemos pueden ser procesadas y elaboradas como un proceso orgánico si las entendemos como un ciclo. Por ejemplo, nuestras actividades, no solo las vitales, sino también las sociales, como una relación de amigos o pareja, un proyecto profesional o un negocio, podrían ser experimentadas y entendidas en sus diferentes etapas. Esto nos ayudaría a ver mejor las potencialidades de cada momento sin caer en el error de la linealidad temporal y el estancamiento de la energía. Me refiero a ver las relaciones y nuestras actividades en sus diferentes fases, aceptando que en algún momento todo debe disolverse para ser reabsorbido. Hay que resistir a la tentación de luchar y querer controlar para mantener todo en un mismo lugar. Valorar los cambios es aceptar la inteligencia de la naturaleza.

Un ciclo puede reconocerse por su flujo de energía circular y espiralado, que comienza y termina en un mismo punto, pero nos lleva a diferentes niveles o fases superiores. Este ciclo natural, presente en todos los seres vivos, se caracteriza por etapas como el nacimiento, crecimiento, maduración y descomposición, siendo posiblemente la forma más común de ciclo. En este contexto, la muerte se percibe como un cambio de materia y no como la inexistencia, ya que toda forma de vida experimenta un proceso de descomposición gradual que permite su transformación. Así, nos remite a la “Ley de la Conservación de la Energía”, que, aunque es una ley de la materia, nos ayuda a entender el ciclo metafísico a través de una ley física, destacando que la energía se conserva y existe un nivel superior no físico que es la totalidad.

Estos ciclos lunares han sido clave en la comprensión de nuestra existencia a lo largo de la historia. Por ejemplo, hace 35.000 años, se utilizaron las fases lunares para medir los periodos, marcando el inicio del primer calendario. Este conocimiento también reveló la relación entre la luna y la menstruación femenina. Este entendimiento ancestral ha dado forma en nuestra imaginación colectiva a un poderoso arquetipo femenino lunar, conocido como “La Gran Madre”, que simboliza no sólo el origen de la vida, sino también su nutrición. Gracias a estos ciclos, la agricultura y las primeras sociedades matriarcales pudieron florecer en la tierra.

Leer el blog ciclos lunares y menstruación

Para la astrología, el sol y la luna tienen una influencia constitutiva en la personalidad del individuo. El sol, como centro simbólico de la vida y el corazón humano, magnetiza a los planetas, aumentando su velocidad a medida que se acercan, lo que nos hace más conscientes de su influencia. La luna, por otro lado, es esencialmente mutable, con un ciclo de 29 días. Actúa como un espejo del sol, simbolizando el cuerpo emocional, la memoria, el inconsciente, la familia y los vínculos. Sus oscilaciones son fácilmente perceptibles para nosotros.

En el plano psicológico, la luna representa nuestro niño interior en busca de atención y afecto, una parte inmadura que puede distorsionar nuestra percepción de la realidad. Nos puede volver “lunáticos”, ya que muchos de sus contenidos son reflejos inconscientes que nos llevan a actuar de forma automática, desencadenando miedos e inseguridades arraigados desde la infancia. Para superar esta luna inmadura, es crucial observar y comprender nuestros mecanismos de escape, enfrentando el conflicto con atención plena. Este proceso es un punto de partida para el autoconocimiento, permitiendo un movimiento espiralado de la energía emocional que nos lleva a una acción más madura y efectiva.

El conocimiento de los ciclos lunares ha sido fundamental para el desarrollo humano, pero actualmente, muchas personas no han experimentado un ciclo lunar completo. Observar los cambios de la luna cada día puede brindarnos valiosa información. Te invito a acampar durante un mes en un lugar sin contaminación lumínica y observar: la cantidad de luz, los colores, los aromas, la humedad, los animales presentes, tus emociones, las interacciones sociales y tus sueños. Esta experiencia es enriquecedora y debería formar parte de nuestra vida antes de morir.

Ciclo sinódico lunar

En astrología, uno de los ciclos más relevantes es el ciclo sinódico, determinado por nuestro punto de vista desde la tierra, que representa el tiempo que tarda un objeto estelar en volver al mismo punto. La luna experimenta 13 fases lunares sinódicas completas cada año. Si dividimos estas fases en 4 etapas, obtenemos: luna nueva, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante, cada una durando alrededor de 28-29 días.

Durante la luna nueva, el sol y la luna están en el mismo grado. Luego, en el cuarto creciente, la luna avanza aproximadamente 12° o 13° por día, formando una cuadratura (aspecto de 90°) con el sol. La luna llena ocurre cuando la luna está en oposición al sol. Finalmente, en el cuarto menguante, el sol se encuentra en un signo que forma una cuadratura superior con la luna, indicando el fin de un ciclo.

En astrología, existe otro ciclo importante para comprender el proceso evolutivo personal propuesto por cada luna nueva, conocido como ciclo Metónico.

Ciclo metónico lunar

Este ciclo fue descubierto inicialmente por Metón, un astrónomo griego del siglo V a.C., y se refiere a un periodo de 19 años en el cual la luna regresa al mismo lugar y forma la misma fase sinódica, lo que significa que cada 19 años se experimentará la misma fase en su relación con el sol. Si alguien nace durante un eclipse, cada 19 años experimentará la misma lunación, marcando así un nuevo ciclo importante en su vida.

El ciclo metónico comienza con una luna nueva en un signo y grado específicos; 9 meses más tarde, se produce un cuarto creciente en el mismo signo y grado. Luego, pasados 18 meses desde el inicio del ciclo, se forma una luna llena en el mismo grado y signo que la luna nueva inicial. Finalmente, 27 meses después, se produce un cuarto menguante en ese mismo grado. Mi fuente para esta información es la astróloga argentina María Blaquier, quien explica este ciclo de manera detallada.

Generalidades de las fases del ciclo lunar

Fase luna Nueva

Temporada de Primavera | Elemento: Aire

Es el punto más cercano al sol, donde no se ve ningún reflejo de luz porque la luna se interpone completamente entre el sol y la tierra. En astrología, decimos que esto crea un aspecto de conjunción con el sol, marcando el comienzo del ciclo lunar. Por lo tanto, es un punto cardinal lleno de energía que impulsa los nuevos comienzos; un tiempo propicio para comenzar algo nuevo debido a su fuerte energía. Hay mucha subjetividad e inconsciencia en esta etapa, este potencial para iniciar algo está conectado con la intuición y viene de un nivel profundo interior más instintivo.

Ver artículo sobre la fase de luna nueva

Fase luna cuarto creciente

Temporada de verano | Elemento: Fuego

La luna está en un aspecto separativo del sol, alejándose y recibiendo más luz. En esta segunda fase, la energía está en construcción y tomando forma. Es un período de acción creativa y de fuego, donde se requieren atributos de fuerza y poder que serán importantes en esta etapa del ciclo, ya que se están adquiriendo habilidades y generando autoconfianza. Es una fase en la que es posible experimentar crisis a nivel interno para tomar decisiones, elegir un camino y actuar. Se suele estar muy presionado por generar resultados y se experimentan miedos por perder estatus y aceptación del exterior. Si se tiene un ego muy fuerte se puede tener un comportamiento irritable y explosivo.

Fase luna llena

Temporada de otoño | Elemento: Agua

La luna está en oposición al sol, es tiempo de ver la forma de lo que se está desarrollando en las etapas anteriores. Es el momento de mayor claridad, es un momento de sentir y estar emocionalmente despierto. Con este despertar se busca el sentido, estamos en la concreción de lo que se hizo y esto debe tener un sentido en nuestras vidas, el conflicto en esta fase es precisamente sentirse dividido, desintegrado, no obtener algo con un sentido que unifique. Este es un buen momento para integrarnos internamente y las relaciones y los vínculos con los otros nos muestran lo que tenemos negado o ensombrecido.

Ver artículo sobre la fase de luna llena

Fase luna cuarto menguante

Temporada de Invierno | Elemento: Tierra

La luna se encuentra en un movimiento aplicativo hacia el sol, perdiendo luz en el proceso. Esta fase representa el descenso de la forma, donde todo debe ser reabsorbido para nutrir una nueva semilla. Es un momento para dejar ir el pasado y prepararse para un nuevo comienzo, marcando así el final del ciclo. En esta etapa, el sentido debe estar establecido; es un período para experimentar la crisis de conciencia de todo lo aprendido en las fases anteriores. Surgen preguntas sobre los valores, las creencias y la posibilidad de dejar atrás viejas formas de pensar y comportarse. Se busca una verdad y un propósito en esta etapa.

Entendiendo el ciclo lunar, puedes evaluar diversos aspectos de tu vida. Como ejercicio personal, puedes averiguar en qué fase lunar se encontraba el día de tu nacimiento y descubrirás que tu vida tendrá resonancia con esa fase. Si te gusta este contenido, ayúdanos a continuar con este propósito recomendándonos y siguiéndonos en redes sociales. Si deseas recibir notificaciones sobre nuevos contenidos, suscríbete al blog.

Fuentes

  • Blaquier Maria. 2022. Ponencia: “El Ciclo Metónico de la Luna”. Link al video
  • George, Demetra. 2008. Finding Our Way through the Dark. Editor: American Federation of Astrology. Leer en Google eBooks
Lina Marco

Lina Marco

Astrología para la claridad no para la perfección