En mi camino de exploración astrológica, me he encontrado muchas veces pensando: cuanto más descubro, más me doy cuenta de lo mucho que no sé. Tal vez por eso la astrología ha evolucionado junto con la humanidad, acompañándola en su recorrido. Hace unos días, un amigo numerólogo me preguntó qué significado astrológico podía tener el cometa C/2023 A3 (Tsuchinshan-ATLAS). Le respondí que investigaría y compartiría mis hallazgos con él.
Para comenzar, los cometas son cuerpos celestes que orbitan alrededor del Sol, siguiendo trayectorias variadas, y no tienen luz propia. Etimológicamente, la palabra “cometa” proviene del griego kómetes, que significa “cabellera”, en referencia a su estela. Su símbolo es un círculo con tres líneas, representando esa cola luminosa que los caracteriza.
A lo largo de la historia, los cometas han sido estudiados tanto por la astronomía como por la astrología. En la antigüedad, se creía que traían calamidades: guerras, enfermedades y desastres. Si analizamos el fenómeno, vemos que los cometas tienen un comportamiento que parece caprichoso, sin una periodicidad clara. Rompen con las leyes cíclicas y constantes del sistema solar, ya que su órbita es mucho más elíptica que la de los planetas. Algunos incluso viajan a enormes distancias, llegando hasta la nube de Oort, en el borde del sistema solar.
A pesar de esto, ciertos cometas presentan cierta periodicidad, como el famoso cometa Halley, cuyo regreso fué pronosticado por Halley gracias a sus esfuerzos y cálculos aunando estimaciones hechas por Newton. Algunos cometas tienen orbita cerrada y vuelven a entrar en nuestra órbita solar cada cierto tiempo, acercándose al Sol y la Tierra. Sin embargo, muchos de ellos se desintegran al estar expuestos a las fuerzas gravitacionales y al calor solar.
Todas estas características le otorgan al cometa una simbología muy rica en la astrología: se asocia con el cambio, la disrupción y la purificación. En la antigüedad, los astrólogos veían los cometas como señales de desastres, pero este enfoque era parte de una visión determinista y polarizada del cosmos. En contraste, pensadores como Carlos de Sigüenza, desde una perspectiva más hermética, sostenían que los cometas no eran necesariamente malignos. Para él, los cometas eran obra de Dios, benignos y purificadores. Si fueran inherentemente negativos, siempre traerían el mismo tipo de calamidad, y sin embargo, su comportamiento es impredecible.
Sigüenza comparaba los cometas con dragones mitológicos. Al igual que las serpientes, poseen veneno que puede venir de los minerales y la toxicidad de su entorno, cumpliendo una función de equilibrio y purificación. Entonces los cometas también recolectan impurezas cósmicas y las queman en su paso, reequilibrando el sistema. Desde esta perspectiva, los cometas no son portadores de maldiciones, sino agentes de transformación y limpieza alquímica.
Otra interpretación interesante es que, debido a su lejano origen, los cometas pueden considerarse mensajeros de otras esferas espirituales, más allá de nuestra comprensión actual. Estos objetos transneptunianos, cuerpos celestes que residen más allá de la órbita de Neptuno, traen consigo un mensaje espiritual que, solo tendremos chance de entender conscientemente cuando uno de ellos aparece e irrumpe en nuestra realidad.
Para interpretar simbólicamente un cometa en astrología o su derivada Cometomancia, de la que no tengo mayor conocimiento, es fundamental considerar varios factores: la dirección desde la que aparece, si presenta una o dos colas, los colores que indican su composición, el ángulo de entrada en el cielo, y las constelaciones por las que transita cuando es visible desde la Tierra. Estos detalles pueden ayudarnos a descifrar mejor el mensaje que el cometa trae consigo. Generalmente, en astrología los cometas se interpretan desde una perspectiva mundana, es decir, en relación a países o regiones. Sin embargo, también es posible realizar una interpretación a nivel personal, observando las casas en las que transitan los signos que el cometa recorre en nuestra carta natal. Además, analizar la carta astral del descubrimiento del evento astronómico y examinar la configuración planetaria en el momento en que el cometa atraviesa la órbita terrestre puede ofrecer valiosas pistas astrológicas sobre su influencia.
Al profundizar en el tema de los colores del cometa, encontramos que estos están estrechamente vinculados con los elementos que gobiernan la Tierra:
Un cometa rojo (Fuego) puede simbolizar guerras, incendios o enfermedades relacionadas con el calor, como fiebres o inflamaciones.
Un cometa verde (Tierra) puede asociarse con enfermedades acuosas como los virus, o con la muerte de una figura importante. También está vinculado a temas de finanzas, la naturaleza y los cultivos.
Un cometa amarillo (Aire) podría referirse a enfermedades mentales, como el estrés o la ansiedad, y a la ruptura de relaciones.
Un cometa azul (Agua) se asocia con enfermedades acuosas como la peste, y con problemas relacionados con el agua, como inundaciones o sequías.
Ahora, centrémonos en el cometa C/2023 A3 (Tsuchinshan-ATLAS). Aunque inicialmente no había consenso entre los astrónomos, lo cual ya es un dato simbólico de confusión y ego, hoy, 29 de septiembre, se han aclarado algunos puntos importantes. Este cometa es nuevo y no periódico, lo que significa que nunca había sido observado antes y con orbita abierta. Proviene de la lejana nube de Oort y, según las estimaciones, saldrá del sistema solar en unos 190.000 años.
Se creía que este cometa podría fragmentarse debido a las fuerzas magnéticas y al calor solar cuando alcanzara su perihelio (el punto más cercano al Sol) el 27 de septiembre, ya dentro de la órbita de Mercurio. Curiosamente, en la mitología, Mercurio es el mensajero de los dioses, y su órbita es conocida como un “cementerio de cometas”, ya que muchos se consumen en su proximidad al Sol, será que no siempre es un mensaje, aveces puede ser una ofrenda para la transmutación, otro trabajo que desempeñaba Mercurio como regente del conocimiento oculto y hermetismo. Sin embargo, contra todo pronóstico, el cometa no se fragmentó y, actualmente, puede ser observado desde el hemisferio sur y hacia el 12 de octubre se vera mejor y más claramente en el norte.
Este cometa presenta denominado en algunos canales como “El cometa del Siglo” no parece tener caracteristicas muy especiales, contiene menos agua y menos polvo de lo que inicialmente se esperaba, resultando en una cola menos prominente. Tampoco es particularmente grande ni brillante. Además, parece haber sido perturbado en su paso por Neptuno generando una irregularidad magnética que ha afectado su cola durante su viaje hacia el Sol, que la hará ver un poco dispersa al final. Fue detectado por primera vez en abril de 2022 por el telescopio Palomar, uno de los más poderosos del mundo, ubicado en Estados Unidos. Sin embargo, su descubrimiento oficial fue anunciado el 9 de enero de 2023 por el Observatorio de la Montaña Púrpura en China, reflejando la dualidad de oriente y occidente, lo cual puede interpretarse simbólicamente como la integración de diferentes corrientes de pensamiento y sabiduría.
Posteriormente, su existencia fue confirmada por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre y Asteroides (ATLAS) en Sudáfrica. Actualmente, el cometa recorre las constelaciones de Leo y Virgo, y será más visible a partir del 12 de octubre, mostrando un color verde blanquecino. Desde una perspectiva simbólica, el verde representa el elemento Tierra, conectado con la naturaleza, la fertilidad, y los ciclos de crecimiento, pero también con la sanación y la purificación.
El tránsito por Leo, el signo del poder y la realeza, nos habla de cambios en las estructuras de poder y liderazgo. Leo está vinculado al corazón y al espíritu, y su paso por esta constelación podría reflejar una reconfiguración del orgullo, la autoridad y el rol de los líderes en el mundo, invitando a cuestionar las jerarquías actuales. Al avanzar hacia Virgo, signo de la cosecha y el servicio, esta energía se enfoca en la sanación de la tierra y los sistemas productivos. Los temas relacionados con las finanzas, los alimentos, las estructuras sociales y el bienestar físico podrían verse afectados, trayendo consigo la necesidad de transformaciones profundas.
El mensaje simbólico de este cometa, reforzado por su conexión con Leo y Virgo, sugiere un periodo de purificación y renovación en los niveles personal y colectivo, alineado con la sabiduría hermética de la disolución de lo viejo para dar paso a nuevas formas de equilibrio y poder.
Tomando en cuenta la carta astrológica del descubrimiento del cometa en China, vemos que…
Es notable la fuerte presencia de Capricornio, signo que rige los gobiernos, la política y las montañas. En esta posición se encuentra el Sol, representando el espíritu de la humanidad y su identidad, junto a Mercurio, que simboliza la comunicación y el pensamiento. Este alineamiento sugiere una reflexión profunda sobre los gobiernos y las estructuras económicas globales. No es casual que China emerja como una potencia que ha superado a los EE. UU. en varios aspectos. Estas dinámicas de poder generan tensiones que impactan directamente en los pueblos, provocando malestar e, incluso, el desarrollo de enfermedades.
Recordemos que, en esta época, el mundo ya había superado el COVID-19, pero China enfrentaba un rebrote de la enfermedad, según registros históricos. En la carta astral del cometa, vemos un aspecto clave: la Luna en Leo en tensión con el Sol y Mercurio en Capricornio, lo que sugiere que el pueblo está siendo utilizado para cumplir con los objetivos de sus gobernantes. Sin embargo, frente a esta dinámica, aparece Venus en Acuario, que representa lo femenino, el arte, los movimientos sociales y diplomáticos que buscan la pacificación. Estos actores, ya sean artistas, activistas o diplomáticos de países vecinos, intentan mediar para facilitar un cambio.
El Nodo Norte en Tauro señala un deseo profundo de transformación en los sistemas financieros, las formas de trabajo y la relación con la tierra. Este tránsito tiene un significado más elevado, una conciencia superior que empuja hacia el cambio. Sin embargo, la resistencia es fuerte: bloqueos, dificultades y demoras marcan el camino. Para resolver esta tensión, las viejas estructuras de poder deben caer, comenzando por algunos dirigentes, como los de China, para permitir el establecimiento de un nuevo orden.
En la carta astral del cometa, se destacan dos configuraciones que brindan apoyo:
Conexiones reflexivas en torno a las tensiones sociales, nuevos modelos de comercio y transporte. Con Quirón en Aries y Marte en Géminis en el ápice, es posible que surjan discusiones sobre reformas estatales, a veces acompañadas de actos de fuerza o la firma de documentos importantes. También puede haber bloqueos en el transporte y las telecomunicaciones.
La segunda configuración involucra a Júpiter en Aries, lo que sugiere que, aunque puedan aumentar los hechos violentos, Júpiter también puede representar figuras prominentes, como líderes religiosos o científicos que apoyan los gremios y las entidades sociales. Estas figuras juegan un papel clave en la búsqueda de paz y equilibrio social.
En estos días, mientras el cometa C/2023 A3 (Tsuchinshan-ATLAS) se hace visible en el cielo, resulta muy resonante que también hay una configuración planetaria que forma una “cometa planetaria”. Este patrón en el cielo nos ofrece una representación simbólica significativa.
La “cola” de esta cometa planetaria está compuesta por el Sol (símbolo de los líderes y gobernantes), junto a Mercurio, que representa a los medios de comunicación, periodistas, comerciantes e intelectuales, ambos posicionados en Libra, signo de la negociación y los acuerdos formales. Sin embargo, la oposición con Neptuno, que se encuentra en la “cabeza” de la cometa, indica un velo de confusión: engaños, falta de claridad, y un liderazgo que, si bien aparenta ser justo, se aleja de la verdad.
Este escenario celestial nos habla de la necesidad de una purificación de estos líderes y de sus estilos de gobernar, que deben evolucionar hacia algo más auténtico y verdadero. A pesar de este contexto de engaño y desilusión, la cometa planetaria sugiere una ayuda divina; el cielo se muestra con mucha fluidez, indicando que los caminos están abiertos para cambios significativos. A nivel colectivo, las personas comunes comienzan a replantearse su realidad, ya que los acuerdos establecidos por los gobernantes generan malestar y estrés en la población. El cometa nos invita a transformar profundamente las estructuras tradicionales, especialmente en el ámbito financiero, e incluso podría modificar nuestros hábitos alimenticios y la forma en que vivimos.
La cabeza de esta cometa, representada por Neptuno, nos recuerda que el mensaje proviene de lo transneptuniano, más allá de nuestra comprensión cotidiana. Este planeta nos habla de una purificación espiritual de la humanidad. Neptuno, al estar transitando los últimos grados de Piscis, un signo asociado a la disolución, está llevándonos hacia un final de ciclo. A su vez, Plutón, que cambia de signo este año, pasando de Capricornio a Acuario el 20 de noviembre, iniciará un ciclo de 20 años que marcará una nueva era de poder, identidad y estructura.
Con Plutón y Neptuno transitando hacia nuevos territorios, se anticipa una renovación audaz, tanto a nivel colectivo como personal. Este ciclo promete la disolución de lo viejo, representado por Capricornio, y la aparición de nuevas formas de poder y pensamiento. La próxima conjunción Saturno-Neptuno, que ocurrirá en el grado 0° de Aries en 2026, marcará el nacimiento de una nueva era. Aries, siendo el primer signo del zodíaco, simboliza un comienzo ardiente que puede emerger del vientre oceánico de Neptuno, donde las mareas han diluido lo que ya no sirve.
Este ciclo cósmico nos invita a reflexionar: ¿Estamos presenciando el inicio de una nueva humanidad, ayudada por las fuerzas transformadoras de los astros?